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Libros de comunión para Misión del Sáhara

El lunes por la tarde recibí una llamada inesperada. Era Carlos, uno de los chicos de la empresa Alabamos.

Quería contarme la decisión del equipo de donar, íntegra, la venta de este año de los Libros de Comunión, al proyecto misionero «Migrantes Sáhara 2021», de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada. Como miembro laico de la Procura de esta congregación, la noticia fue, para mi, la alegría del día.

Creo que la misión de los Oblatos en cualquier lugar del mundo siempre merece la pena ser contada y apoyada. Pero por el proyecto de este año siento una debilidad especial.

Quizá porque es África. Quizá porque se trata del desierto. Porque la misión está dedicada a los que huyen de la miseria y de los conflictos de su país y tienen que abandonar su casa y todo, aunque fuera poco, lo que tienen. Y aventurarse a un caminar de meses, incierto, peligroso. Los que llamamos migrantes. Quizá porque entre ellos hay sobre todo, mujeres. Y sus niños. Quizá porque tengo la sensación de que nadie más se acuerda de ellos, a nadie más le preocupa su soledad, su tragedia, su escasez de sueños, su más que desalentador futuro. O no tanto como para ofrecer la vida.

Quizá.

Creo que la misión de los Oblatos en cualquier lugar del mundo siempre merece la pena ser contada y apoyada. Pero por el proyecto de este año siento una debilidad especial.

misión Sáhara oblatos
En las calles de Daklha
mujeres y niños ayudados con los libros de comunión de alabamos
migrantes ayudados por los misioneros oblatos en 2020

Pero hay, sobre todas, una razón de la que estoy segura, que explica mi preferencia,: mi admiración por los misioneros en aquel lugar que imagino inhóspito, recorriendo una vez por semana cientos de km. para ofrecer sus manos y llevar en ellas la Palabra que sana, a los más pobres. Cientos de km para poder sonreírlos en persona. Quedándose solos a menudo, en un entorno cultural muy distinto al suyo, constantemente cuidadosos, generosos, tolerantes.

Tres hombres para atender la enorme extensión del Sáhara (son los únicos misioneros católicos presentes allí)

Tres hombres para atender la enorme extensión del Sáhara (son los únicos misioneros católicos presentes allí) y que solo en el año 2020 acompañaron a más de 1800 personas, 1245 de ellas mujeres y niños. Les procuraron medicinas y atención sanitaria, acompañamiento también en el embarazo y en el parto. Alimentos, alojamiento. Cariño y amistad.

Llenaron su soledad y su abandono de consuelo humano y espiritual.

Este año lo tienen más difícil todavía, porque ha habido confinamiento, hay pandemia y, fuera del mundo occidental, todo es más terrible y complicado.

Pero ellos van más allá y ya están pensando en la forma de ayudar a estas personas a que consigan trabajar, ganarse la vida y recuperar la dignidad. Capacitación para que su desarrollo sea sostenible, por si ellos faltan en el futuro. Este es el siguiente paso.

Un acompañamiento de vida, integral.

A los misioneros los ayudan dos mediadores, también migrantes, gracias a ellos salvan la barrera del idioma y se comunican con los que atienden. Los mediadores reciben un sueldo por su trabajo, supone una ayuda inestimable que ha de recompensarse.

Tres misioneros oblatos en el Sáhara, labrando el Reino, haciendo brotar flores en el desierto, fraternidad entre los abandonados. Con sus vidas encendidas por la alegría del Evangelio, entregadas como muestra del amor de Dios. Siendo faros de esperanza y caridad.

Por todo esto, necesitan nuestro apoyo. Creo que merece la pena echarles una mano.

Espero, de corazón, que cada uno encontréis vuestras razones.

Blog escrito por Marta Lopez, Voluntaria en el equipo de la procura de misiones OMI de la provincia Mediterránea.

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